• Un guión para Artkino

    Fogwill

    Un guión para Artkino, es una parodia de ciencia ficción política, un 1984 cómico que transcurre a mediados de los noventa, cuando a un escritor argentino lo contratan para escribir un guión para Artkino Pictures, la mayor empresa cinematográfica del mundo. Es que el mundo se ha convertido en un paraíso bolchevique. La URSS está en vías de triunfar en la Guerra Fría y, en particular, la Argentina está bajo su órbita y adopta su burocracia y sus costumbres. Los escritores son parte del aparato oficial y el narrador de esta novela es uno de sus mascarones, el aburguesado secretario de la Asociación de Escritores que anima una pesadilla en la que el PC ha tomado el poder en alianza con las Fuerzas Armadas. Novela política y paródica con una gran epifanía final.

    Un guión para Artkino

    $10.800$12.000
  • Serrano

    Gonzalo León

    En el Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo, Rosa Sala Rose consigna a Miguel Serrano (1917-2009) como uno de los neonazis a destacar. Pero Serrano fue, además de neonazi, escritor y sobrino del poeta creacionista Vicente Huidobro, diplomático chileno amigo de Ezra Pound y Hermann Hesse, y uno de los renovadores de la cosmovisión nazi en el mundo después de la derrota militar de Hitler. Su obra es singular y poderosa: de la novela de viaje al panfleto político, pasando por el esoterismo y la autobiografía. Una producción difícil de fijar en un solo lugar (que circuló en Argentina y en otros países), y aún menos su vida, que tuvo muchas peripecias políticas y personales, literarias y espirituales.
    El Serrano que describe Gonzalo León es y no es el de carne y hueso. Es, ante todo, un personaje literario que está inserto en una ficción. Conversando con su amigo y compañero de ruta Enrique Zorrilla, recordando el pasado, evadiéndose para transportarse en el tiempo y revisitar los paisajes de su vida, incluso su nacimiento y su muerte. Serrano no funciona con las leyes de la historia o del periodismo. Se inscribe, como en una puesta en abismo, en el universo hierático de la ficción.
    En el último tiempo se han escrito muchas novelas sobre escritores. Sin embargo, León dedica esta historia atomizada que no solamente reconstruye a Serrano, sino que habla de él mismo y de la literatura de su país. La gracia de esta novela-ensayo es que retrata a un escritor doblemente marginal, porque no es la figura central de la literatura chilena y porque sus ideas lo convierten en alguien odiado, fuera de rango, prohibido en el oprobio.

    Serrano

    $14.200$15.800
  • Una forma más real que la del mundo. Conversaciones con Juan José Saer

    Martín Prieto (Compilador).

    La publicación, a principios de los años 90, casi en continuado, de El río sin orillas, Lo imborrable y La pesquisa y la reedición, a partir de entonces, de toda su obra –que ya sumaba una extensa decena de títulos– en una de las mayores editoriales de la Argentina promovió una inusitada presencia de Juan José Saer en los medios gráficos: anticipos de sus nuevos libros, anticipos de los viejos libros agotados o descatalogados, reseñas y entrevistas. Muchísimas entrevistas. El adorniano Saer, aquel que parecía haber hecho propia la figura de Witold Gombrowicz –“el escritor no es nada, nadie”– se somete, en Una forma más real que la del mundo, a las exigencias de la industria cultural.

    Los entrevistadores quieren saber. Y puestos a saber, quieren saber todo. Desde el argumento de Nadie nada nunca hasta si Saer “se considera un hombre feliz”. Sin embargo, toda la parafernalia de la intimidad del autor queda resguardada detrás de una potente figura que va siempre detrás de su obra. Y lo personal, lo íntimo, queda reducido a lo que los cronistas “ven” antes de que empiece la conversación. Si está descalzo. Si tiene puestas unas sandalias franciscanas. Si los zapatos parecen viejos. Si la camisa está entreabierta. Si tiene puesta la misma ropa que “ayer”. Si toma whisky. Si toma agua. Si fuma mucho. Si está en su casa, en París. O en la casa de unos amigos (en Buenos Aires, o en Colastiné). O en un bar. O en un hotel. O en un auto. Inmediatamente después de esa impresión de superficie, que es todo lo que Saer “deja ver” a sus interlocutores de ese otro que también es él, se pone a hablar. Martín Prieto

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